En un vigoroso ataque a la
hipocresía, el Papa Francisco afirmó que pagar salarios en negro es un “pecado
gravísimo” y que los cristianos que lo hacen están utilizando “a Dios para
encubrir la injusticia” y al mismo tiempo invitó a preguntarse cómo es su
relación con los trabajadores a su cargo, sosteniendo que “No es un buen
cristiano aquel que no hace justicia con las personas que dependen de él”.
Los trabajadores municipales a
través de la labor cotidiana son los ejecutores de las decisiones de los
gobiernos para mejorar la calidad de vida de la comunidad, pero son los que
cobran los salarios más bajos de todas las actividades, en muchos casos por
debajo del salario Mínimo, Vital y Móvil, una gran mayoría de los empleados a
través de mecanismos que aparecen como legales trabajan precarizados por
intermedio de contratos basura, tercerizaciones, monotributistas entre otras
desmedidas situaciones que implementan el trabajo no registrado y condenado por
el Papa Francisco
"El pueblo se lamenta
delante del Señor porque no escucha sus ayunos", señaló el Sumo Pontifice
al hablar sobre el pasaje de Isaías, subrayando que es necesario distinguir
entre "el formal y el real". Para el Señor "no es ayuno no comer
carne" y después "pelear y explotar a los trabajadores". Por
esto Jesús condenó a los fariseos porque hacían "muchas observancias
externas, pero sin la verdad del corazón" para preguntar: "¿cómo es
tu relación con tus trabajadores? ¿Les pagas en negro? ¿Les pagas el salario
justo? ¿También pagas la contribución para la pensión? ¿Para asegurar la
salud?" Preguntas que esperamos se hagan las autoridades municipales que
se consideran buenos cristianos.
Son todas estas realidades que
atraviesa al trabajador municipal que necesita se le recomponga su salario para
cubrir las necesidades que le permitan vivir dignamente con su familia, donde
la precarización laboral no solo perjudica al empleado municipal sino que
produce daño social en la comunidad al ser impulsores de políticas que atentan
contra el progreso social, como lo apunta el Papa Francisco “un verdadero mal
social en estos tiempos, en el que se priva a los trabajadores y trabajadoras
de un salario justo, de estabilidad laboral, de aportes jubilatorios y del
derecho a la seguridad social”, además de afectar al sector pasivo al no
realizar los aportes a las arcas del Estado.
Cobran gran valor las palabras
enunciadas por el Papa, al indicar que "No es buen cristiano el que no es
justo con las personas que dependen de él", esperando las mismas hagan
reflexionar a las autoridades municipales para que en el camino cuaresmal se
produzca una profunda renovación de espíritu, para que como buenos cristianos,
seguidores de las enseñanzas del Papa Francisco se tomen decisiones inmediatas,
concibiendo el trabajo decente, poniendo fin a la precarización laboral y
recompongan los salarios
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